Alergia a fármacos: diagnóstico, síntomas y manejo
La alergia a fármacos es una reacción anormal del sistema inmunitario frente a un medicamento.
Sin embargo, no todas las reacciones adversas a medicamentos son alergias; muchas veces se trata de efectos secundarios, que son reacciones conocidas y esperadas, pero no mediadas por el sistema inmune (como la gastritis por anti-inflamatorios no esteroidales o los sangrados por aspirina).
Para que una persona desarrolle alergia a un medicamento, normalmente debe haber estado expuesta previamente a ese fármaco. El sistema inmunitario reconoce el medicamento como una amenaza y, en exposiciones posteriores, puede desencadenar una reacción alérgica. Es poco frecuente que la alergia aparezca con la primera toma.
En relación a los síntomas, éstos pueden variar desde leves hasta graves y pueden aparecer minutos, horas o días después de tomar el fármaco, incluso algunos días posterior a la finalización del tratamiento. Los síntomas más comunes en las reacciones alérgicas que aparecen de forma inmediata luego tomar un medicamento son los de tipo cutáneos, como ronchas, picazón, aunque también puede existir dificultad respiratoria, mareos, taquicardia, e incluso shock alérgico. En el caso de las reacciones que aparecen luego de varios días de tratamiento, predominan las reacciones de tipo rash cutáneo, que en los casos más graves llegan a descamarse como si fuera un gran quemado (se conoce como síndrome de Stevens Johnson), o se acompañan de fiebre, ganglios, compromiso hepático, renal o de algún otro órgano.
Entre los fármacos frecuentemente involucrados en las reacciones inmediatas, se encuentran los antibióticos (como la penicilina), los antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, aspirina, ketorolaco, etc.), anestésicos, medicamentos para quimioterapia, entre otros. Y en el caso de las reacciones tardías, los más frecuentes son anticonvulsivantes, alopurinol y también anti-inflamatorios y antibióticos.
El diagnóstico puede ser bastante evidente en los casos donde ha ocurrido una reacción clásica, con ingesta de un solo medicamento, pero en la práctica clínica habitual, esto no sucede con frecuencia, y es entonces que el paciente debe ser evaluado y diagnosticado por un médico especialista (inmunólogo/alergólogo), quien realizará una historia clínica detallada, exámenes de sangre y pruebas cutáneas.
Los casos en que siempre recomendamos realizar estudio son:
- En caso de una alergia a un antibiótico de la familia de las penicilinas (penicilina, amoxicilina, cefadroxilo u otra cefalosporina): dado el amplio uso y utilidad de estos antibióticos, es importante estudiar esta alergia para saber si el paciente tendrá prohibida toda esta familia de antibióticos ó solo el fármaco puntual que causó la primera reacción.
- En las reacciones que aparecen durante la anestesia: no solo son los múltiples fármacos utilizados los potenciales causales, también se debe estudiar las alergias al látex o a los anti-sépticos.
- Cuando el tipo de reacción pudo haber sido también gatillada por algún alimento consumido junto con el medicamento: en este caso se combina el estudio de alergia alimentaria con el de alergia a medicamentos.
- Necesidad de diferenciar cuál medicamento es el causante de una reacción: cuando esta reacción alérgica aparece en pacientes que están usando múltiples fármacos al mismo tiempo.
- Cuando existen dudas respecto de la reacción y su causante.
- Cuando hay una indicación médica de usar el fármaco al cual el paciente es alérgico, y se requiera programar un tratamiento de desensibilización.
- Cuando se ha reaccionado a un anti-inflamatorio y se necesita buscar una alternativa de tratamiento.